Con bajos ingresos, sostienen la ilusión
Por Augusto Lanusse
El entrenador de Godoy Cruz, Omar Asad, sabe que cuenta con un presupuesto reducido y se ha caracterizado por buscar jugadores desconocidos para el público promedio del fútbol grande. Futbolistas con hambre de gloria, con sueños de escribir páginas importantes en el club y en el fútbol argentino.
Uno de los casos es el de Roberto Russo, quien llegó al club mendocino tras jugar en Nueva Chicago (en la B Metropolitana) y se dio el lujo de convertirle y ser figura ante Boca en su debut (primera fecha).
Otro jugador que se está metiendo de a poco en boca del hincha común es Rodrigo Salinas, quien proveniente de Villa San Carlos (Primera B Metropolitana), fue tenido en cuenta por Asad para formar parte del plantel el torneo pasado, titular en el equipo actual.
Como si fuera poco, a la hora de buscar otro refuerzo para el Apertura 2010, el “Turco” se fijó nuevamente en un integrante del club berissense, nada menos que Pablo Miranda. El “Pájaro” fue uno de los goleadores de la B Metropolitana y actualmente busca conseguir más minutos en cancha, pero sabe que la confianza del técnico en él está intacta.
La inclusión de estos jugadores sin nombres relevantes y de origen humilde responde también a una política dirigencial que ha respaldado el proyecto del técnico y ha dado sus frutos. De hecho, Godoy Cruz hoy tiene como meta real y concreta el ingreso a la próxima Copa Libertadores. El comienzo, con un invicto en 4 partidos (dos ganados y dos empatados), sostiene la ilusión.